“Salsa Ahí na` ma` como me gusta a mi”, frase de la famosa canción de Joe Cuba, es el estandarte que muchos caleños utilizan cuando se les pregunta sobre el genero musical que caracteriza a la ciudad. Aunque la salsa no tuvo como madre biológica a Santiago de Cali, esta ultima si ha sido una excelente madre putativa, llegando al punto que no solo se ha adoptado como un género musical sino como un movimiento cultural el cual ha identificado a los caleños ante el mundo, desde Tokio hasta los Ángeles. ¿Díganme quien en Cali no se ha tentado a bailar cuando escucha las congas de Ray Barreto, el trombón de Willie Colon, el piano de Papo Luca o la voz de Héctor Lavoe?

Describir a un caleño es fácil, el caleño por naturaleza es rumbero y salsero por excelencia, su buena vida y su alegría lo muestra confiado y sociable llegando a ser recochero y confianzudo. No es extraño escuchar relatos de nuestros padres de cuando utilizaban pantalones bota campana, se aplicaban aceite de almendras en el cabello y asistían a los famosos agua e lulo caracterizados por ser realizados en casas de barrio en las que se cobraba una entrada mínima y se arreglaba la sala para bailar salsa, además tenían un ambiente familiar que todavía se puede visualizar en las discotecas de salsa actuales. Aquella era la época dorada de la salsa que arribaba a la ciudad por contrabando y presentaciones de artistas con poca fama en la época como es el caso de Rchie Ray y Bobby Cruz que llegaron a la ciudad y la revolucionaron con su famoso ritmo del Jala Jala. Época que duro hasta los años ochentas donde se dejo de hablar de agua e lulo, la ciudad todavía seguía bailando al ritmo de salsa pero otros géneros empezaron a llegar con fuerza, además la época del narcotráfico inundo la ciudad en un ambiente extraño e intenso. Se perdió el civismo caleño característico de la época.



En la actualidad Cali ha adoptado nuevos géneros musicales como el vallenato y el reggaetón, los cuales han desplazado a la salsa a un lado y han generado nuevos movimientos culturales como los bailarines de Break Dance y nuevas formas de vestimenta. Para algunos la salsa como elemento cultural en Cali ha muerto, pero como dice el famoso disco de Ruben Blades y Willie Colon todo es según el color del cristal con que se mire, es grato observar como en un sitio de 35 metros cuadrados como el tertuliadero las Fuentes se congregan personas de diferentes edades y estratos sociales o como en Tin Tin Deo se puede viajar al pasado a aquella Cali sociable y alegre. Sitios que demuestran como en Cali la salsa todavía perdura y no es solamente un genero musical de las viejas generaciones sino que ha traspasado también a las nuevas generaciones.

Pero como nuestro tema de estudio es el ámbito empresarial es necesario que no solo veamos la salsa como un elemento cultural sino también como una industria que genera bastante lucro en la ciudad, ya que se ha convertido en el producto turístico numero uno de la ciudad, producto que ha sido impulsado por la alcaldía de Cali con el fin de generar nuevos empleos y recuperar una cultura ciudadana que con el pasar de los años se había perdido, como el ejemplo del salsodromo y el festival mundial de salsa. A través de la salsa se han generado nuevas formas de negocio en la ciudad, la fundación delirio es un claro ejemplo de eso, quien se iba imaginar ver un teatro-circo formado por bailarines de salsa. La salsa es un mercado que debemos aprovechar no solo en la ciudad de Cali sino expandirlo hacia nuevos mercados con el fin de generar más lucro.

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